miércoles, 16 de diciembre de 2009

ReadWriteWeb: ¿Ha violado Facebook el contrato con los usuarios?

http://www.readwriteweb.es/general/ha-violado-facebook-el-contrato-con-los-usuarios/

Ahora mismo, cualquiera puede ver en Facebook nuestro nombre, foto de perfil, género, ciudad de residencia, redes, lista de amigos y páginas a las que estamos suscritos. Eso quiere decir que cualquiera puede verlo en la red; está disponible en buscadores.

Esta situación representa la última violación por parte de Facebook del contrato que mantiene con los usuarios. El asunto reviste cierta importancia. Muchas personas tendrán objeciones muy reales y válidas para este cambio arbitrario de lo que es público y lo que es privado en Facebook.

Este artículo es de nuestra autora invitada Kaliya Hamlin, también conocida como Identity Woman, que lleva desde 2004 trabajando para desarrollar normas abiertas para el uso de la identidad de los usuarios. Es co-fundadora, co-productora y colaboradora del Internet Identity Workshop, el sitio de referencia principal en cuanto a normas de identidad entre grandes portales de Internet, empresas de informática de gran envergadura y pequeños innovadores.

Personalmente, yo designé mi lista de amigos como no visible explícitamente al poco tiempo de empezar a usar Facebook. ¿Por qué? Porque no quería que nadie pudiese ver quiénes son mis amigos. Este cambio supone una violación del contrato social de la empresa conmigo. Cuando menos, deberían haberme informado de este cambio inminente y haberme dado tiempo para “borrar” a mis amigos.

Los peligros de la publicidad

¿Por qué importan los amigos? Porque revelan información sobre nosotros, como, por ejemplo, nuestra orientación sexual, aunque esta información no se comparta explícita ni públicamente en ninguna otra parte de la red.
El Boston Globe publicó un artículo sobre un proyecto del Instituto Tecnológico de Massachusetts denominado “Gaydar”.
Utilizando datos de la red social Facebook, hicieron un sorprendente descubrimiento: se puede predecir si una persona es gay examinando los amigos que tiene en Internet. Lo hicieron con un programa de software que examinaba el género y la tendencia sexual de los amigos de una persona y realizaba una predicción mediante análisis estadístico. Los dos estudiantes responsables del proyecto no tenían forma de comprobar todas sus predicciones, pero basándose en sus propios conocimientos fuera del mundo de Facebook, afirmaron que su programa parecía bastante preciso para hombres. A efectos prácticos, los usuarios podrían estar “saliendo del armario” sólo por sus amistades virtuales.
Las páginas que seguimos ahora también son información pública. ¿Qué pasaría si fuésemos seropositivos y estuviésemos siguiendo la página de un grupo que prestase servicios a personas como nosotros? ¿Qué pasaría si no hubiésemos hablado a nuestros compañeros de trabajo sobre nuestra condición? Ahora que nuestras páginas son públicas, cualquiera puede conocer nuestro estado de salud.

Quizá pertenezcamos a una organización religiosa no mayoritaria en la zona en la que vivimos. Pongamos que un usuario es budista y vive en una pequeña ciudad con mayoría de cristianos conservadores. Podría estar siguiendo las páginas de varios maestros budistas y, automáticamente, sus vecinos podrán conocer su orientación religiosa.

Los distintos sitios tienen diferentes contratos con los usuarios

¿Acaso no es pública toda esta información ya? ¿Dónde está el problema? ¿No es igual que Twitter? Allí se puede ver toda la gente a la que seguimos, y todo lo que publicamos.

El contrato social que tenemos todos los usuarios con Twitter está claro. Lo que podemos decir en una cuenta abierta es público y se puede enlazar. Se llama microblogging por algo. Cuando escribimos un blog en la Web abierta, todo el mundo puede ver lo que decimos o enlazarlo. Sabemos que todo el mundo puede ver a quién y qué seguimos. Escogemos “dejarnos que nos vean” siguiendo las cuentas de Twitter que nosotros estamos siguiendo.
El contrato social de Facebook lleva cambiando desde los comienzos del servicio. Cuando comenzó, era sólo para estudiantes de Harvard. La aplicación se extendió viralmente en ese entorno tras lanzarse en enero de 2004. Decidieron extender el sitio a otras universidades en marzo de 2004, pero ni siquiera se podía ver a los alumnos de las que no fueran la nuestra. Los estudiantes que se encontraban en Facebook tenían una idea muy clara de quién podía verles: otros estudiantes. “Actuaban” en este contexto social teniendo esto en cuenta.

A continuación, Facebook se abrió a los institutos en septiembre de 2005, y después a las empresas como Apple y Microsoft. En septiembre de 2006 se abrió para todo el mundo.

Así pues, aquí es donde se anuló el contrato social contraído con esos primeros estudiantes universitarios. Los usuarios, en especial los que podrían contratar a los estudiantes universitarios en un futuro, se encontraban ahora en un espacio en el que éstos no contaban con encontrarlos. Por tanto, la afirmación de que los estudiantes no deberían haber publicado fotos suyas divirtiéndose con sus amigos (bebiendo, etc.) en un espacio en el que pensaban que sólo sus compañeros (otros estudiantes universitarios), no es veraz. Facebook no debería haber cambiado el contrato social de este espacio al permitir el acceso a las empresas a las que quizá podrían presentarse los estudiantes en un futuro.

La forma que tenían los usuarios de ver lo que hacían sus amigos era hacer clic en sus perfiles y escribir en sus muros. La introducción del flujo de “noticias a tiempo real” modificaba de nuevo el contrato social. Con él, todo lo que hace un usuario en el sitio se envía a sus amigos. De este modo, todo el mundo puede saber cuándo hemos escrito en el muro de alguien y lo que hemos dicho. (Antes tenían que ir al muro para verlo.)

La modificación de la privacidad la semana pasada modifica de nuevo el contrato social, y esta vez nos deja desnudos.

Esto ha armado mucho revuelo, y Facebook ha respondido con lo siguiente:
En respuesta a vuestros comentarios, hemos mejorado la opción de visibilidad de la lista de amigos que se describe a continuación. Ahora, al dejar sin marcar la opción “Mostrar mi lista de amigos a todos” en la caja de Amigos de nuestro perfil, nuestra lista de amigos no aparecerá en él independientemente de si el que lo visita está identificado en Facebook o no. Sin embargo, la información sigue estando disponible públicamente, y puede accederse a ella mediante aplicaciones.

Facebook prepara una API de gráfica social

Este cambio tiene como finalidad apoyar la inminente API de gráfica social (ver más adelante), y con ella, los usuarios podrán realizar una consulta que les mostrará nuestra lista de amigos.

El gran cambio dentro de todo esto fue el de sugerir que las entradas, incluyendo actualizaciones de estado, enlaces, fotografías, vídeos y notas, se comparta con todo el mundo en la red abierta. La mayoría de la gente utiliza Facebook con la idea de que sus amigos puedan ver lo que hacen. Internet entero es un “público” diferente. Lo comprobé con una de mis compañeras de piso, una profesora de preescolar de más de 40 años. Me dijo que aceptó todas las opciones, dando por hecho que los cambios eran “buenos”. Le expliqué que ahora todas sus actualizaciones de estado serían públicas. Exclamó: “¡No lo sabía!”.

Zuckerberg decidió abrirse a las nuevas opciones de privacidad compartiendo por completo 290 fotografías suyas y otra información, dando a entender a los usuarios: “Si yo puedo estar tan desnudo socialmente, vosotros también. ¡Venga! Todo el mundo lo está haciendo”.

¿Por qué hace Facebook esto?

Se han hecho públicas nuestras listas de amigos porque Facebook está trabajando en una API de gráfica social que estará disponible en el segundo trimestre de 2010. “La gráfica social es donde está el dinero”, afirmaba un diseñador de interfaces Web en una fiesta de navidad a la que acudí anoche. Facebook y otros quieren extraer estos datos para averiguar a quién conocemos y qué nos interesa, y así poder utilizarnos como objetivo. Quizá incluso averigüen nuestro nivel de crédito basándose en qué amigos tenemos.

Google está desarrollando una API de gráfica social, pero una basada en enlaces sociales visibles públicamente y referencias por parte de usuarios en sus blogs públicos y su lista de amigos pública en redes sociales como Flickr y FriendFeed. Esto supone ciertos problemas. Ben Laurie, Monica Chew y Dirk Balfanz, todos ellos de Google, redactaron un documento titulado “Extraer (explotar) la privacidad en redes sociales“. Estoy segura de que la hoja de ruta de los desarrolladores de Facebook contiene más sorpresas sobre la nueva dirección de la privacidad de Facebook, sus funcionalidades y modelos de negocio.

Creo que Facebook cree que puede hacer cualquier cosa con los usuarios porque nunca se irán, porque “todos sus amigos están allí”. La red Friendster también mostró este tipo de arrogancia. Facebook impide a los usuarios recuperar del servicio los datos de sus amigos, lo que les permitiría encontrarlos y volver a conectar con ellos en otro lugar. Según afirman, nos impiden obtener esta información para proteger nuestra privacidad. En realidad, es para mantener a los usuarios registrados en su red.
Me pregunto cuántas veces más nos dejarán al descubierto, con nuestra “ropa social” en el suelo, socialmente desnudos.

Opino que no es ético, y comparto la preocupación de Jason Calacanis por cómo afectará esto a otras empresas en Internet. “El comportamiento imprudente de Facebook está… haciendo que los usuarios dejen de confiar en Internet y a la vez llamando la atención de los reguladores.” Este cambio afectará a todos los que trabajamos en la nueva arquitectura socio-tecnológica de nuestra sociedad a través de la red.

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