lunes, 30 de marzo de 2009

MATERIAL DE APOYO PARA LA PRUEBA

Lo que hemos estado trabajando en este Taller son las fuentes de información mediante Internet.

Como primera fuente de información, hemos empezado con la prensa. En ese punto, es importante leer el primer post de este blog: El proceso de verificación en The New Yorker (hacer clic acá para verlo), para comprender la diferencia entre un hecho y ficción.

El periodismo no es ficción, busca documentar hechos y presentarnos lo más claramente y en contexto una noticia. A continuación un ejemplo, de boca de uno de los grandes periodistas del siglo XX, Harold Evans, que se refiere a su investigación periodística sobre los efectos en fetos humanos de la Talidomida, que era un fármaco que calmaba las náuseas de los tres primeros meses de embarazo y que produjo un tremendo daño social:

Respuesta. Primero hablemos de la talidomida. Siempre pensamos que los gobiernos están para ayudar a la gente, pero a veces no lo hacen, y ahí entra el periodismo. Éste tiene que entender los hechos, y eso hicimos con este caso. ¿Cuál era la situación de aquellos niños sin brazos, sin piernas? Sus madres habían tomado la talidomida durante el embarazo; esas pastillas fueron recetadas por médicos de la seguridad social, y cuando empezaron a ocurrir las tragedias nadie se dio cuenta de que la causa eran esas pastillas. El ministro de Sanidad, Enoch Powell, no quiso una investigación. Y la ley inglesa impedía que los periódicos se ocuparan de ese asunto..., porque los padres ya lo habían denunciado. Cuando yo llegué a The Sunday Times quise desafiar esa ley, inicié una investigación y propuse una campaña. La investigación era para verificar que la pastilla había sido la causa de esos daños, cuál era la responsabilidad del Gobierno y qué necesitaban esas personas para vivir razonablemente.

P. Así que usted se saltó la ley...

R. Esperé a que actuara la ley, y que hubiera compensaciones, pero no se producía un veredicto. Los niños se enfrentaban a una gigantesca corporación que también fabricaba whisky, y la batalla judicial se hacía difícil, casi imposible. Así que decidí que intervendríamos para presionar a la compañía para que llegaran a un acuerdo con los padres para darles algún anticipo.

P. Y tampoco consiguió nada.

R. Espere, espere. En cuanto hice esa investigación el Gobierno me llevó ante los tribunales para prohibir la publicación de nuestras conclusiones. Y la empresa que fabricó las pastillas hizo lo propio. Ése fue el principio de una enorme batalla que mi periódico libró para poder contar la historia.

P. ¿Cómo fue?

R. Necesitábamos el apoyo de los líderes políticos, pero primero hablé con un juez y con un político laborista que había ido conmigo al colegio. Me iban a ayudar. El Gobierno (que ya, en 1972, era laborista) me dijo que no pensaba remover el asunto... Hicimos la campaña, hubo una enorme bronca, y la empresa farmacéutica al fin se rindió, ofreció una compensación irrisoria, hasta que la subieron a veinte millones de libras.

P. Fin de la historia.

R. Para nada. Yo quería saber qué había sucedido para que en el futuro las incapacidades creadas por una droga pudieran evitarse con adecuados mecanismos de control. Por cierto, había niños españoles y alemanes que aún no han sido compensados y que fueron niños de la talidomida... Pasamos por varios tribunales, hasta que apelamos al Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, donde nos enfrentamos al Gobierno británico por su prohibición para que la prensa investigara el asunto. Y ganamos 8 a 5. Por cierto, en el tribunal había un juez español.

P. Una victoria periodística.

R. Pero sobre todo humana. Demostramos, además, que las empresas farmacéuticas habían sido negligentes; habían puesto la droga en el mercado sin examinarla; descubrimos las debilidades de los programas de evaluación de los medicamentos, y conseguimos que se cambiara la ley para que la prensa fuera más libre.

P. Fue un precedente.

R. Y tuve el apoyo de todo el mundo en The Sunday Times. Costaba mucho dinero, y nadie en la empresa me reprochó que gastara en abogados para una lucha contra el Gobierno que iba a perder. ¡Nadie le había ganado antes al Gobierno británico! Así que algo de crédito hay que darle a una empresa sabia que reconoció que producir periódicos no es como producir judías en lata. Algunas veces hay que correr riesgos e incurrir en gastos. Y esto aumentó la reputación del periódico y resultó ser una inversión para el futuro.

Si quiere, puede ver la entrevista completa a Harold Evan en El País: Hacer clic acá.




miércoles, 25 de marzo de 2009

martes, 24 de marzo de 2009

CLASE 004: INFOGRAFÍAS


Slagsmålsklubben - Sponsored by destiny from Tomas Nilsson on Vimeo.

School assignment to reinterpret the fairytale Little red ridning hood.
Inspired by Röyksopps Remind me.
Music: Slagsmålsklubben, Sponsored by destiny
www.smk.just.nu
Animation: Tomas Nilsson
www.tomas-nilsson.se

Infografía (por la Real Academia Española): (Acrón. de informática y -grafía; marca reg.).  1. f. Técnica de elaboración de imágenes mediante ordenador.  2. f. Imagen obtenida por medio de esta técnica.

En la Wikipedia:

Infografía:

Nota: Se ha propuesto fusionar este artículo o sección con Periodismo infográfico (ver más abajo), pero otros wikipedistas no están de acuerdo.

La infografía es una representación más visual que la propia de los textos, en la que intervienen descripciones, narraciones o interpretaciones, presentadas de manera gráfica normalmente figurativa, que pueden o no coincidir con grafismos abstractos y/o sonidos. La infografía nació como un medio de trasmitir información gráficamente. Los mapas, gráficos, viñetas, etc. son infogramas, es decir unidades menores de la infografía, con la que se presenta una información completa aunque pueda ser complementaria o de síntesis.

El término también se ha popularizado para referirse a todas aquellas imágenes generadas por ordenador. Más específicamente suele hacer referencia a la creación de imágenes que tratan de imitar el mundo tridimensional mediante el cálculo del comportamiento de la luz, los volúmenes, la atmósfera, las sombras, las texturas, la cámara, el movimiento, etc.

Estas técnicas basadas en complejos cálculos matemáticos, pueden tratar de conseguir imágenes reales o no, en cuyo caso se habla de fotorrealismo.

Periodismo infográfico (Wikipedia)

En una página de periódico se combinan tres elementos: imágenes, textos y gráficos informativos o infografías.  Desde hace algunos años, la infografía trata de explicar a través de gráficos e imágenes formas complejas con una inquietud en fase creciente. En el término infografía, un análisis etimológico plantea serios problemas. La partícula “info”, no proviene de informática sino de información. En realidad no es tan importante la capacidad del ordenador (base de la informática), es decir, la variable informática, ya que antes ya se realizaban imágenes de estas características a mano. Por tanto, la infografía periodística no viene de la informática, sino de la información que suministra. Este es el verdadero núcleo de la actividad.

El periodismo, desde hace siglos, ha desarrollado una inquietud por explicar la información de forma visual, pero las limitaciones técnicas impedían este tipo de prácticas, que únicamente recogían planos y mapas. El gráfico explicativo es muy reciente. Se inició en la década de los setenta y ochenta, pero vivió un auténtico boom en los noventa, con la revolución informática. No obstante, en sus inicios presentaba una estética similar al cómic, aunque manteniendo su carácter explicativo.

La infografía permite explicar información compleja, muy complicada de mostrar a través del texto escrito. Los diarios pronto descubrieron que los gráficos simplificaban mucho su labor. La infografía ha logrado hacerse un hueco importante en las redacciones, con un prestigio a la altura del resto de géneros periodísticos. No en vano, se trata de un género periodístico de carácter paralingüístico, es decir, posee dos vertientes: una parte lingüística, y otra visual, que acompaña a la explicación en el texto. Además, responde a las 6W al tiempo que se caracteriza por un mensaje informativo, más claro, más concreto y más eficaz. Es capaz de explicar todos los aspectos de la información, igual o mejor que un texto literario.

No obstante, al margen de los gráficos con capacidad informativa plena (aquellos que responden a las 6W) hay otros que aportan información o aclaran datos concretos de ésta. Son los gráficos de información parcial. Las primeras infografías plenas aparecen en los tratados médicos.

Con el ‘infográfico perfecto’, los expertos en esta materia denominan a aquel gráfico que presenta capacidad para explicar todos los elementos de la información sin recurrir a un texto de apoyo. Cabe tener en cuenta que la calidad en una infografía no se mide tanto por los gráficos, sino por la ayuda que presta para entender una información. De hecho, prevalece la funcionalidad sobre la estética de los recursos visuales. Jamás se puede prescindir de datos por realizar gráficos ‘bonitos’.

Existen dos diferencias entre la infografía y la ilustración, marcadas fundamentalmente por la estética y la transmisión de opinión. La utilización de elementos icónicos, la ilustración, no tiene capacidad informativa, sí interpretativa. Las imágenes del gráfico deben ser rigurosas e informativas, siempre unívocas (la información neutral). Es accesorio introducir un elemento visual ilustrativo sólo por el valor estético.

Historia
La imagen visual nació mucho antes que la textual. Los hombres prehistóricos ya realizaban dibujos explicativos para enseñar a sus hijos los animales y las técnicas de caza, cuando todavía no contaban con un alfabeto escrito. Esto refleja la ansiedad del ser humano por explicar la realidad a través de los dibujos, mucho antes incluso que el propio hablar.

La técnica de representación gráfica próxima a la infografía es la cartografía. De hecho, podemos encontrar mapas en tiempos remotos de la historia. Así, al final de la Edad Antigua ya existían mapas que proyectaban el mundo a través de la longitud y latitud.

Durante la Edad Media se visualiza la información con elementos importantes:

*   Un libro manuscrito con muchísimas ilustraciones (muy pocas páginas sin texto) para explicar mediante imágenes el contenido del mismo a los analfabetos.

*   Comienzan a aparecer formas primitivas de abstracción de los datos, muy lejos todavía de los gráficos estadísticos, pero próximos a los primeros organigramas o relacionales.

*   Los mapas cartográficos del siglo XIV son extraordinariamente fiables, debido al dominio de las técnicas de representación existentes hasta entonces y a la introducción de muchísima información en un espacio reducido. No obstante, sólo se limita a mostrar, no a explicar estos datos.

El Renacimiento supone un auténtico hito en la transmisión de la información gracias a la perfección de Leonardo da Vinci. El genio italiano realizó esquemas, dibujos e ilustraciones para que el lector de sus códices pudiera entender más allá del texto: primeros gráficos informativos, utilización de textos, secuencias, esquemas. En sus trabajos hay mucho más que belleza estética, sino que son muy didácticos. La visualización de la información occidental en la actualidad es heredera de las fórmulas empleadas por Da Vinci.

En este tiempo nace también la imprenta (característica técnica más importante del periodo), que no sólo imprime textos; también ilustraciones. Por tanto, continúa la tradición expresada en los libros medievales, donde no sólo contenían textos para ser leídos sino también imágenes para ser vistas. Esta tendencia continuará en la Ilustración, que trata de mostrar el saber a través de éstas.

Los diarios, en cambio, nacen sin imágenes, al contrario de los libros porque eran electos únicamente accesibles para las elites nacionales, quienes hacían gala de una cierta aversión a las imágenes por su supuesto carácter vulgar. Esta creencia fruto del bagaje cultural, que todavía hoy está vigente en la distinción de la prensa de prestigio de los tabloides, explica porqué la introducción de imágenes en los periódicos tardó mucho en cuajar Hasta 1740, por tanto, no aparecerá ningún mapa en prensa. William Playfair (1759-1823) inventó la información estadística a través de los gráficos, es decir, representó visualmente información numérica abstracta, el diagrama de barras y el gráfico de tarta (este último años más tarde)

A partir de aquí, los mapas irán apareciendo con cuentagotas en los diarios, pero se irán extendiendo con mayor intensidad con el paso de los años (el mapa es el primer elemento gráfico que se incluye en la prensa, al igual que es el primer elemento visual que surge). En 1806, The Times, el primer periódico de masas para la elite publicó el primer gráfico explicativo (gráfico que explica lo que ocurre, en este caso como se desarrolló un asesinato de forma cronológica. Poco a poco irán introduciéndose más.

Los mapas del tiempo son los gráficos por excelencia de los periódicos. Los inicios de la prensa, extraordinariamente pegada al texto, van desvaneciéndose. Las imágenes e ilustraciones son cada vez más corriente e incluso determinada prensa de masas (Pulitzer y Hearst) hacen gala de ellas. Son populares, sobre todo en EE.UU y destacan por encima de todo los planos y mapas, a finales del s. XIX.

En la I Guerra Mundial se hizo un gran uso de los mapas, aunque las fotos fueron muy pocas, al igual que en nuestro país(¿). Hasta el segundo conflicto bélico mundial no falta el eje de la información visual. No obstante, durante el período de entreguerras y el crack de 1929,. Playfair, no sólo se limitó a inventar los gráficos estadísticos sino que creó la utilización del color como elemento informativo, no únicamente estético.

Durante el siglo XIX, las fórmulas de representación de datos estadísticos no aparecen en demasía en prensa, sólo en el crack de la bolsa de Nueva York. En el siglo XIX se desarrollan los cartogramas que unen los mapas y la recién inventada información estadística (el ejemplo más claro es el gráfico electoral por distritos). En 1826, Charles Duplin desarrolló el cartagroma (sobre analfabetos, 1826), mientras que los mapas de flujos fueron inventados por Henry Drury Harness.

La cumbre de estos conocimientos se producen en pleno siglo XIX gracias a la evolución de los datos estadísticos concebida por Charles Joseph Minard (1861), quien logró reproducir la invasión de Napoleón a Rusia, al tiempo que se refleja la sucesiva pérdida de soldados. De hecho, es mucho más que un mapa pues realiza sus explicaciones desde una perspectiva cronológica, temporal junto con el factor temperaturas.

En el siglo XX, concretamente en el periodo de entreguerras, nace la disciplina del diseño funcionalista, justo en el periodo que triunfa la Bauhauss. El funcionalismo elimina los elementos sobrantes, de forma que prima la función, la eficacia frente a la forma. Otto Neurat, filósofo vienés, inventa en 1924 el Isotype: una forma de transmitir información a través de un sistema universal icónico. Pretende utópicamente ser una galería de pictogramas y símbolos capaces de explicar la realidad más allá de las palabras, siempre muy visual, básica y simple. Por su parte, los pictográficos utilizan datos visuales y los representan con la estadística. Están basados en la idea de relacionar mapas con la información; en este caso se relacionan gráficos estadísticos con imágenes, con pictogramas, a principios de siglo.

El Isotype inspira la utilización de iconos con un lenguaje más o menos universal. Los pictogramas pretenden ser lo más simple posibles porque pretenden explicar generalidad, sin embargo, no dejan de formar parte de una determinada cultura visual propia de Occidente. El ejemplo más evidente de sistema icónico tiene lugar en 1974 cuando el Departamento de Estado de EE.UU creó, a través de la empresa Aiga, 50 elementos a fin de unificar los distintos iconos utilizados en el transporte. La cultura visual de la actualidad, por tanto, no se tenía previamente, hace 30 años.

Los primeros pictogramas para representar los deportes olímpicos se crearon en Japón, aunque adquirieron mayor significación en los Juegos de Munich. La traslación del funcionalismo visual a la cartografía de mapas tiene el ejemplo más claro en el mapa del metro de Londres de 1933.

Infografía moderna. Era preinformacional
En la segunda mitad del siglo XX existen destellos de la utilización (dimensiones) de gráficos en prensa. La revista teutona Der Spiegel ya en los años cincuenta comienza a emplear iconos y gráficos estadísticos, saltándose la rigidez de las normas de composición de la época. Algunos de ellos resultan sorprendentes y destacan como intento de trabajar con gráfico más elaborados. En este sentido, The New York Times tomará su relevo en 1965 con la sencilla pero eficaz representación de las órbitas espaciales, o la introducción en 1976 de gráficos de barras apara encuestas electorales (en 1980 también realizará mapas). No obstante, esto todavía son intentos sencillos e iniciales.

Peter Sullivan y The Sunday Times
La primera base sobre la que se construyó la infografía moderna y actual surgió en The Sunday Times (edición dominical del diario más prestigioso de Gran Bretaña) en la década de los setenta de la mano de Peter Sullivan. Una época en la que todavía no existían los ordenadores y era imprescindible realizar todo a mano. Sullivan era un buen dibujante, porque tal y como exigía el momento, provenía del mundo de las Bellas Artes. Su estilo, con una estética similar a la del cómic, es muy realista.

Nigel Holmes y la revista Time
Discípulo de Sullivan en The Sunday Times, Nigel Holmes marchó a la popular revista estadounidense, Time, donde creó una poderosa sección de infografía que se caracterizó por el uso del color y la configuración de un estilo propio, muy limpio y similar a los trazos de ordenador (que sin embargo estaba conseguido a mano). Da un paso más allá en la ruptura respecto a seriedad de los Isotype, combina los gráficos estadísticos con imágenes y los convierte en información. Holmes es un puente entre el dibujo realista de su maestro, Peter Sullivan, y el movimiento esquemático y plano del Isotype. Trabajaba dos días a la semana.

Importancia y revolución del USA Today
El primer diario de tirada nacional no inventó nada nuevo en el panorama mundial, ya que utiliza los gráficos introducidos por Nigel Holmes. Sin embargo, es el primer periódico en implantar los gráficos a gran escala en la prensa generalista. De hecho, USA Today publica a diario un gráfico distintos en la portada de cada uno de sus cuadernillos (cuatro en total), snapshots, más el resto de elementos que requiera cada una de las informaciones del diario. Destaca la creación de una sección en el diario en un modelo de diseño del propio medio que integró de manera fundamental la infografía. El tipo de dibujo utilizado por el USA Today, más cercano al mundo del cómic, puede parecer alejado de la infografía efectuada en España, pero casa a la perfección con el modelo de prensa que representa, hasta el punto de ser revolucionario en algunos aspectos:

  * Tratamiento de las informaciones: textos más cortos.
  * Nueva filosofía: destaca las buenas noticias, más lúdico y optimista.

Los gráficos son muy coloreados, muy llamativos, aunque en su primera época la informática todavía no estaba muy desarrollada. Esto confirma que la explosión de la ilustración y del gráfico es anterior a los ordenadores. En la actualidad USA Today ha cambiado en parte su estética, aunque sus inicios son fundamentales para el conjunto del periodismo.

Al margen de los snapshot, hay otro tipo de gráficos introducidos por este diario estadounidense que han marcado un hito histórico, hasta el punto de ser copiados por toda la prensa y televisiones del mundo (significó una apuesta definitiva por la infografía y el color): los mapas del tiempo. De este modo, USA Today introdujo una forma de conocer la información meteorológica a través de tramas de colores en función de la temperatura. Incorpora el también el comentario meteorológico de forma visualmente atractiva, en 3D y a toda página. En la actualidad esta última característica ya no se produce.

John Grimwade y The Times
Desarrolló en los años ochenta un estilo muy limpio basado en perspectivas isométricas e iconos sin fuga. Técnicas que posteriormente se aplicarían con la llegada de los ordenadores, lo que demuestra que la estética de la infografía es plenamente contemporánea.

Era informática
La informática desembarcó en un momento concreto que favoreció las aspiraciones de España, el actual líder en calidad e innovación en las infografías por ordenador.

Nace la autoedición. Aparecen los primeros ordenadores con ciertas dotes de procesador de textos. El Macintosh de Apple(1986) permitía ver gráficos, aunque de forma muy rudimentaria y limitada.

Agencias de prensa (1986-1989). Gracias a los ordenadores, las agencias se dan cuenta que pueden diseñar gráficos y enviarlos por ordenador a los diarios suscritos (enviar digitalmente datos visuales), ya que muchos de ellos no tenían capacidad para crear infografías. Los diarios cambiaban sólo el idioma y algún elemento de lugar, lo que permitía al encargado de diseño del diario trabajar y familiarizarse con gráficos en Mac, y a los editores demandar nuevos de temática local. Reuters es la agencia más importante en cuanto a volumen, mientras que KFT destaca por su calidad.

Aumento de la competencia. En 1990, con El Mundo, El Sol, Diario 16 e Independiente a pleno rendimiento se produce un aumento de la competencia, tras un periodo de hegemonía absoluta de El País. Especialmente El Mundo y El Sol apostaron desde un primer momento por la infografía. En este sentido, El Sol nació como un diario muy visual, con portada a todo color. De hecho, es el primer periódico ‘digital’ del mundo, es decir, completado a través de un proceso digital para el color, textos, etc. Similar a USA Today, era contrapuesto a la seriedad de El País.

Diario 16, por su parte, también apuesta por la inforgrafía, y comienzan a abundar secciones construidas de la nada. La del periódico El Mundo es la más laureada desde el punto de vista informativo, pero también por la apuesta definitiva por la cualidad periodística de la inforgrafia.

El hito de la I Guerra del Golfo desató una avalancha de gráficos en una batalla peculiar en la que no había periodistas en un frente escaso, pues la ofensiva terrestre se prolongó durante sólo 10 días (sólo dos en Bagdad, entre ellos el español Alfonso Rojo). Durante el desarrollo del conflicto El Sol sacó diariamente una doble página a todo color (un esfuerzo extraordinario impuesto por los editores sin demasiada razón, ya que informativamente no aportaban gran cosa). Es una etapa de gran experimentación que permitió el desarrollo de la infografía en todo el mundo, pero especialmente en nuestro país, que tras la guerra experimentó otro gran acontecimiento de talla mundial. Los Juegos Olímpicos de Barcelona, y en menor medida la Exposición Universal de Sevilla impulsaron la infografía de calidad y convirtieron a España en un referente mundial de esta especialidad en tan sólo dos años, circunstancia que todavía hoy ostenta. No obstante, en la actualidad la tendencia es a aumentar el número total de gráficos pero reducir el tamaño de los mismos.

Premio Malofiej. Desde 1993, la Sociedad Mundial de Diseño de Periódicos (SND, en inglés) reparte anualmente los premios Malofiej en Navarra. España se convierte en el territorio especializado (junto a EE.UU) donde acuden todos los gurús de la infografía; el lugar donde se celebran todos los cursos de formación, etc. Estas cinco razones explican la supremacía española en infografía, tal y como refleja el palmarés anual de los premios Malofiej (así llamados en homenaje al cartógrafo argentino Alejandro Malofiej, quien durante gran parte de la década del 70 y comienzos de los 80 realizó gráficos y mapas en diarios y revistas de su país; no recibieron el nombre de Peter Sullivan porque éste todavía esta vivo en su creación).

Relación de los periodistas y los infografistas
En sus orígenes los infografistas provenían del campo de las Bellas Artes y el diseño gráfico, o bien del ámbito de la informática. Hoy en día es complicado encontrarse en las redacciones con especialistas de esta procedencia, sino que en su mayoría son periodistas puesto que lo verdaderamente importante es la capacidad de transmitir la información (informar), la capacidad periodística de los profesionales de la infografía (fuentes, etc) Por tanto, la belleza formal en sentido estricto es un aspecto secundario.

De este modo, se equipara al periodista gráfico con el literario. Éste último ha de trabajar siguiendo las pautas deontológicas adecuadas y contar con una especialización temática (economía, sucesos, etc.). La infografía, por su parte requiere no sólo de unos conocimientos periodísticos y de la lógica especialización en sus técnicas y posibilidades creativas, sino que además requiere cumplir otra vertiente, la tecnológica (hiperespacialización). No en vano, un infografista ha de desarrollar un profundo conocimiento de Freehand, Photoshop y otro pequeño programas necesarios para completar el trabajo global.

La formación de un infografista de alto nivel tradicionalmente se estructura en tres fases. El de mayor calidad cuenta con al menos tres años de estudio; aunque la capacidad periodística es la determinante, el periodista interesado en esta disciplina cuenta con un amplio recorrido para llevar a cabo su especialización. La tecnología puede suplir la carencia artística pero no la informativa. Alberto Cairo tiene muy claro que es fundamental que el infografista esté especializado en diseño, pero considera imprescindible la dimensión periodística del mismo, muy por encima de la faceta artística.

El paso definitivo a la igualdad del infografista con el periodista literario se produjo en España en el diario El Mundo. Fue el primer medio en equiparar ambas condiciones dentro de la Redacción, tal y como sanciona en su libro de estilo: ambos deben desplazarse al lugar de los hechos, tienen como objetivo tratar de informar con detalle y la obligación de conocer la información al máximo. La primera vez que se desplazó un infógrafo más allá de la Redacción fue Mario Tascón (El Mundo) a Puerto Hurraco, acompañando al fotógrafo y al redactor literario.

El infógrafo de St. Pittsburg Times y consultor de El Mundo en los primeros pasos de la sección, Jeff Goertzen, considera que los infógrafos tienen la misma cualificación que cualquier periodista, aunque utiliza herramientas distintas. Por tanto, la consideración de redactor gráfico, literario o infografista es de igualdad incluso jerárquica, pues ambos trabajan tres parcelas distintas de la información. Esto significa que el redactor literario no puede imponer ninguna decisión al infógrafo. En realidad, la Redacción debe informarle de la noticia, y éste analizarla y negociar su extensión y características.

Por tanto, la equidad se manifiesta en tres puntos:

  * A la hora de establecer tamaño y forma de los gráficos.
  * Justificación. Tiene que estar justificada la realización de una infografía. Es decir, requiere de información suficiente y veraz, no podemos añadir detalles que no estén contrastado.
  * Tiempo de ejecución. El volumen de trabajo no depende exactamente del tamaño. Ambos no están relacionados. Por regla general, se suele afirmar que una infografía requiere de al menos el mismo tiempo de ejecución como de realización/preparación.

Colaboración del infografista con los periodistas literarios y gráficos
La colaboración entre las tres disciplinas de periodistas ha de ser absoluta. Ahora bien, el desplazamiento del infografista al lugar de los hechos es más bien una situación idílica que no suele producirse en realidad. Hay que trabajar codo con codo con los redactores, que serán los encargados de tomar las notas necesarias para desarrollar la infografía posteriormente. Por ello el periodista literario debe conocer la ejecución de gráficos para trabajos anexos a comunicación, no tanto de alto nivel. Es esencial aprender a trabajar con el infografista, pues en cierto modo seremos sus ojos. El redactor literario no sólo debe tomar notas de las declaraciones y seleccionar la información, sino realizar un croquis y esquemas para que el infografista realice su trabajo.

Los fotógrafos, por su parte, también desempeñan un papel importante. Con las fotos generales facilitan mucho la tarea de infografía. Es muy importante la eficacia a la hora de transmitir la información, que debe ser también muy exacta. Sin embargo, en muchas ocasiones los fotógrafos renuncian a hacer este tipo de trabajos porque a su juicio no repercuten en su interés personal.

La infografía como recurso didáctico
Las nuevas tecnologías han transformado nuestra sociedad, los modos de vivir y pensar. Estos cambios han influido en las formas de presentar la información en los diferentes medios de comunicación, que posteriormente se trasladan al ámbito cotidiano del aula intentando optimizar los procesos de enseñanza. Dentro de estos espacios informativos, las transformaciones más radicales se pueden vislumbrar en la década del 80 donde las tecnologías tuvieron un fuerte impacto en la prensa gráfica lo cual permitió la incorporación de la informatización y por ende, el empleo de nuevos recursos visuales. Ante la inminente supremacía de la imagen, los medios gráficos generaron nuevas herramientas con el fin de atraer a un público con renovados hábitos lectores - caracterizado por una lectura veloz y fragmentada- a través de la implementación de infografías. De esta manera, esta técnica: "La Infografía", produce nuevos parámetros de producción que permite optimizar y agilizar los procesos de comprensión basándose en una menor cantidad y una mayor precisión de la información, anclada en la imagen y el texto. De esta manera, la infografía surge como una herramienta que permite dar algunas respuestas ante la celeridad en los procesos de producción y circulación de información, junto a los permanentes avances científicos y tecnológicos. Estos fenómenos imponen verdaderos desafíos a la educación, en términos de brindar las herramientas necesarias para que los alumnos dispongan de habilidades y competencias necesarias para seleccionar información, resolver problemas, tomar decisiones.

Enlaces:

http://www.emol.com/especiales/infografias/2009/interactivo/corazon_artificial/index.htm

http://www.ull.es/publicaciones/latina/biblio/libroinfo/99valero.htm

http://www.emol.com/especiales/2009/mundo/darwin/index.html

http://www.emol.com/especiales/infografias/2008/interactivo/costanera_center/index.htm

http://www.emol.com/especiales/infografias/2009/interactivo/reactivacion_chaiten/index.htm

http://www.emol.com/especiales/infografias/ahorrar_gas_2007/index.htm

http://www.elpais.com/graficos/internacional/Dictadores/exiliados/genocidios/siglo/XX/elpgralmv/20090218elpepuint_1/Ges/

http://www.elpais.com/graficos/sociedad/Problemas/ambientales/elpgraevn/20070416elpepusoc_1/Ges/

http://www.nytimes.com/interactive/2009/03/22/travel/200090322-costa-rica.html?ref=multimedia

http://www.nytimes.com/interactive/2009/03/03/us/20090303_LEONHARDT.html?ref=multimedia

http://www.nytimes.com/interactive/2009/03/10/us/20090310-immigration-explorer.html

miércoles, 18 de marzo de 2009

CLASE 003: PERIODISMO: EL PÚBLICO QUIERE SABER SI LO QUE LEE ES VERDAD

COMPARE ESTAS DOS INFORMACIONES Y LUEGO DISCÚTALO CON SU COMPAÑERA

Vea el siguiente video del programa "133" de Megavisión que fue emitido el miércoles, 02 de julio de 2008 y ha sido visto 1.905 veces (http://www.megavision.cl/videos/puerto-bohemio-153.aspx) y que se presenta con la siguiente descripción: Las nuevas cámaras instaladas en el puerto han surtido un efecto considerable. Y en esta noche, una familia, guagua incluida, parecieran estar vendiendo drogas en pleno centro de Valparaíso. Sin embargo, el show vendrá de parte del borracho líder del grupo, muy a pesar de sus familiares.

Después lea los fragmentos del siguiente artículo en cursivas y color:

Viaje a las entrañas de "133"

PRENSA CANALLA

Vistiendo los ropajes de la investigación periodística, 133, un programa de altísimo rating juega a repetir el epíteto de "delincuente" a personas apenas sí son detenidas por las policías.  Una víctima de ese programa y en ex camarógrafo cuentan cómo usando la música adecuada, la toma correcta y un lenguaje con adjetivos oscuros, se puede hacer de una persona, un peligroso antisocial y cautivar así a las audiencias.

Por Claudio Pizarro, Pía Torres

The Clinic, jueves 05 de marzo de 2009, año 10, Nº 283

En marzo de 2008 a Luís Garrido Millán le tocó ser uno de los protagonistas de "133", el exitoso programa de Mega.  Su historia marcó sobre 20 puntos y aún se puede ver en Internet, en la página de ese canal, bajo el título de "Puerto bohemio".  El capítulo parte con imágenes captadas desde una patrulla que corre a toda velocidad por los cerros de Valparaíso para atender una denuncia.  La música promete una historia con emoción y peligro, una nueva oportunidad en que un grupo de policías arriesgará la vida para que durmamos tranquilos.  Según los créditos del programa, es el periodista Ángel Jara el encargado de relatar las imágenes que se suceden vertiginosas.

La voz en off explica que las cámaras policíacas han detectado a un grupo que vende drogas, y justo entonces, al doblar una esquina, aparecen los sospechosos de ese capítulo: Luis Garrido y su pareja.  Los acompañan Alejandra, de 16 años, su pololo y el hijo de ambos en un coche.  También está "el gringuito", un joven estudiante de 14.  Es decir, tres adultos y tres menores.  Todos son detenidos y los policías proceden a revisarlos.

Garrido al principio está sorprendido y luego crecientemente molesto.  No sabe qué es lo que pasa, nadie le dice.  Insiste en que van ahí cerca, como si eso pudiera convencer a los policías de dejarlo marchar.  Ha tomado de más, está claro, pero no le parece que eso sea como para que los registren.  ¿Y por qué lo están filmando?  Nadie le explica eso tampoco.  Sus reclamos crecen mientras más policías llegan y los registran y revisan a la guagua y no encuentran nada y, a a pesar de eso, no los dejan seguir.  Garrido parece hablar solo, dar jugo, e incluso provocar a un paciente grupo de policías que casi no abren la boca ante las cámaras.

Tiene sentido entonces que la "voz en off" se centre en Garrido.  "El hombre que al parecer lidera este grupo, comienza a protagonizar el típico escándalo para llamar la atención de la gente", locutea Jara.

Para entonces, ya hay una docena de policías para controlar a tres adultos y tres niños.  El relator se refocila: "con más policías, la fiscalización se hace mucho más efectiva".  No está claro a qué efectividad se refiere, porque por más que registran no encuentran ni un pito.  Pese a eso se llevan a Garrido a la comisaría, según el periodista de Mega, "para evitar un mal mayor".  ¿Cuál mal?  Tampoco lo dice.  La nota termina contando que los policías se quedan un rato por ahí "chequeando si botaron drogas".  Con ese cierre queda la idea de que Garrido es un narco con suerte, que alcanzó a descargarse.

ME DESTRUYERON LA VIDA

Cada vez que Luis Garrido recuerda ese programa se indigna.  No alcanzó a verlo el día de su emisión, porque estana trabajando.  Pero su amigo lo llamó para contarle lo esencial: los dejaban como narcotraficantes.  No lo podía creer.  Y al día siguiente empezó a sentir los efectos de haber salido en el exitoso programa de Mega que dirige el periodista Manuel Cotapos.

—Recién habían comenzado las clases y a mis dos hijas no pararon de molestarlas en el colegio.  Mi familia, que vive en el sur, me llamaba para saber dónde estaba preso, porque al final de la nota me llevaron detenido.  Todo mi barrio vio el programa, todos mis amigos, mi familia, los papás de las amigas de mis hijas y para todos quedé como traficante—, explica Garrido.  A mí me marcaron, me cagaron la vida para siempre.  Porque da lo mismo que yo sea inocente.  La gente dice, "si salió en la tele, por algo habrá sido".  Incluso había traficantes que me felicitaban, porque creían que había logrado descargarme antes de que me atraparan.  "¡Wena!", me gritaban.  Con mi señora estuvimos casi un mes encerrados, no queríamos que nadie nos viera.

Garrido trabaja pegando cerámicas.  "Soy obrero", se define y cuenta que está endeudado, como todos.  "Vivo en una casa por la que pago ochenta lucas.  Estoy hasta el cogote con las cuentas del agua y de la luz.  No tengo ni un lujo.  Ni bicicleta tengo.  Me doy vuelta el día a día".

Garrido dice que todo pasó en febrero de 2008 cuando fue con su familia al Puerto a pasar unos días.  Esa noche estaba de cumpleaños y reconoce que con la otra pareja de amigos, se fue a tomar a la plaza.  Esa fue la única falta que cometió en toda la noche, el único motivo por el que apareció en un programa de alto rating en todo Chile.

Ellos se alojaban en una pensión que estaba cerca y se dirigían a ese lugar cuando llegó carabineros.

—Llegaron con escándalo al tiro.  Del radio patrulla se bajaron tres carabineros y una carabinera terrible de agresiva.  Ahí mismo venían los de la tele.  Después aparecieron más furgones.  Fue un tremendo escándalo y empezó a salir gente de las casas a mirarnos, mientras nos gritaban que éramos narcotraficantes.  Nos gritaban: "¡A la pared!, ¡A la pared!"  Pero eso no aparece en el programa.  Eso lo borraron.  Sólo aparece lo que yo digo, como si estuviera dando jugo, hablando solo.  Pero ellos ,e gritaban: "¡Sácate las zapatillas!, ¡en las zapatillas tenís la droga!".  Yo me las saqué solo y las tiré y les dije: "¡aquí tienen mis zapatillas, qué tanto!".  En la tele nos dejaron como si fuéramos unos flaites escandalosos, lo cortaron para que todos se cagaran de la risa.  Y me da rabia porque mi mujer estaba asustada y la otra pareja también estaba terrible de asustada y la mamá de la guagua, que es enfermita, se empezó a orinar de tan nerviosa.  Y me daba rabia porque yo no tenía nada, nada, nada.  No nos podían tratar así".

Garrido recuerda que el registro duró cerca de media hora.  Luego se lo llevaron detenido y lo soltaron a las seis de la mañana siguiente.  Al final todo quedó como un caso de ebriedad.

Garrido reclama que los periodistas ahí presentes no buscaban contar la verdad.  No les importó que no le hubieran encontrado nada.  Asumieron que eran culpables.  Además, después emitieron las imágenes de los dos menores sin taparles el rostro, contraviniendo todas las leyes sobre la protección de identidad.  E hicieron un escándalo con su ebriedad, pero ni se enteraron de la paliza que le dieron en Carabineros.

—Lindos los periodistas— dice.

Cuenta que primero lo llevaron a constatar lesiones y luego a la comisaría.  Allí, mientras estaba en el calabozo, se metieron en el computador y vieron a mi familia y me empezaron a molestar...

El artículo cuenta, además de las provocaciones, de golpes con palos y el taco de un zapato que lo dejaron todo morado, lo que fue filmado por su esposa al día siguiente.  Mostraron esas imágenes a un abogado de la Defensoría el que estimó que eso era tortura.

Continúa el artículo:  

Garrido fue a la Defensoría a los pocos días que se emitió el programa.  Del impacto y la vergüenza, había pasado a la rabia y quería que el programa se disculpara públicamente.  "Quería que dijeran que no éramos traficantes, que todo fue un error de ellos".

Pero resultó que tenía que hacer todos los trámites en el Puerto y no tenían plata para estar yendo y viniendo durante un juicio.  "Y después le pregunté a otro abogado y me dijo que no perdiera el tiempo, que nunca, nunca le iba a ganar a la prensa y a la policía juntas".

Después de suexperiencia televisiva, Garrido tiene una sola opinión sobre ese tipo de programas: "En el canal editaron todo a la conveniencia de ellos.  Daba lo mismo lo que pasó, lo que querían era algo divertido.  No les importa si es verdad o mentira.  Ese show, esa farsa, nos cagó la vida".

Después, en el artículo, un ex camarógrado del programa, Felipe Olsen, relata que: «"133" no es un programa periodístico.  Aunque se presenta como tal, los periodistas que trabajan ahí no están para contar todo lo que pasa durante el trabajo policial: ellos están del lado de los buenos y no pueden filmar ni menos emitir las partes donde los buenos se portan mal».  Y continúa: «—"133" es un show para dejar bien a Carabineros— sintetiza Olsen.  Agrega que para lograr eso se hacen distintas cosas, desde borrar garabatos, hasta quitar errores de procedimiento.  Como lo contó Garrido los periodistas que participan en esto pueden llegar a no grabar cuando hay un abuso».  Olsen, en todo caso, no vio cosas que le parecieran delitos en la temporada que trabajó en el programa.

Olsen se explaya más y mencina que las tomas se repetían para mejorar la percepción de los procedimientos policíacos o darle mayor acción.  Una complicidad de los periodistas con carabineros que compromete la independencia e imparcialidad de su profesión.

El artículo termina así:

Así, trabajando juntos, carabineros y Mega lograban un espectáculo de alto rating.

Sin embargo, es justamente por esta lógica de espectáculo que el mundo judicial ha empezado a criticar con fuerza a estos programas.  Jueces, abogados defensores y fiscales ven aquí la transformación de la justicia en un engañoso show donde todo está amañado para que haya malos.  Varios califican duramente a estos programas e incluso Eduardo Morales, defensor regional de Valparaíso, ha dicho que en varios de ellos se podían estar cometiendo delitos.  Desde ese punto de vista, la transmisión de Mega se vuelve paradójica, pues puede ser que en algunas ocasiones el delincuente que salga al aire sea el propio periodista.

Pese a nuestra insistencia nadie del programa "133" de Magavisión quiso hablar con The Clinic para hacer frente a estos cuestionamientos.

lunes, 16 de marzo de 2009

PRESENTACIÓN CLASE 002



También se puede ver en este enlace: Hacer clic aquí.


jueves, 12 de marzo de 2009

RESUMEN DEL CURSO TALLER DE TECNOLOGÍA 2º MEDIO

El objetivo general del curso es que las alumnas desarrollen capacidades críticas básicas para enfrentarse a las nuevas tecnologías.  En el caso específico de este curso, que esas capacidades críticas se desarrollen para enfrentar, usar y conocer a la Internet y las TICs como fuentes de información.

Las clases son:

Clase 01: Presentación del taller.

Clase 02: Fotoperiodismo, fraude y verdad.

Clase 03: Fraude periodístico y control ético.

Clase 04: La Web como fuente de información.

Clase 05: Buscadores de noticias, valorización y validación de noticias en la Web por los lectores.

Clase 06: Reportajes de Investigación.

Clase 07: Censura y blogs.

Clase 08: Enciclopedias y bases de datos de artículos científicos en Internet.

Clase 09: Ciencia y "verdad científica" en la Web.

Clase 10: Softwares como fuente de información.

Trabajo Final: por definir.

Las notas son cuatro: dos pruebas parciales y una global por el trabajo final.  Cada prueba y trabajo es corregido y devuelto a la alumna.  

Se puede hacer un trabajo para mejorar nota, pero sólo para una de las notas de las pruebas parciales.

miércoles, 4 de marzo de 2009

EL PROCESO DE VERIFICACIÓN EN THE NEW YORKER

Nota: A continuación se reproduce el texto contenido en este documento de PDF (Congreso Nacional de Periodismo Digital) con objeto de mejorar su accesibilidad y facilitar su difusión, de indudable interés. Las palabras de Andy Young fueron pronunciadas durante el Congreso Nacional de Periodismo Digital organizado por la Asociación de la Prensa de Aragón. (27/11/06)

EL PROCESO DE VERIFICACIÓN EN THE NEW YORKER
Por Andy Young

Me gustaría describir un poco la revista donde trabajo. The New Yorker acaba de cumplir 86 años y es, para bien o para mal, la revista semanal más importante de Estados Unidos. Fue concebida en los años 20 como revista humorística y como crónica de la ciudad de Nueva York en la época del Jazz. Publicaba artículos de autores humorísticos como Dorothy Parker, Robert Benchley, AJ Liebling, y James Thurber.

El tono de la revista cambió durante y después de la segunda Guerra Mundial.En el año 1946, publicó, en varias entregas, Hiroshima de John Hersey, una obra seminal sobre los efectos de las bombas nucleares en la población de Japón. Esta obra también ayudó a crear el tono de la revista –una actitud de perplejidad, a veces exagerada, hacia el Gobierno de Washington, y un sentido de que esa ciudad está poblada por gente que no saber pensar. Ese tono no ha cambiado mucho a través de los años.

En las décadas de los 50 y 60 la revista también empezó a ser reconocida – y todavía lo es – por los cuentos que publicaba cada semana. El New Yorker ha publicado a Philip Roth, John Updike, John Cheever, Nabokov, Borges, James Baldwin, y JD Salinger, el autor tal vez más asociado con el estilo de la revista.

En esos años también publicó In Cold Blood (A sangre fría) de Truman Capote y Silent Spring (Primavera silenciosa) de Rachel Carson, dos obras que cambiaron la manera en la que se escribe la “no ficción” y que, en el caso de Rachel Carson, facilitaron el desarrollo del movimiento ecologista en Estados Unidos. Más adelante, publicó a autores como Seymour Hersh, Joan Didion, Janet Malcolm, Raymond Carver, y Adam Gopnik. En los últimos años, la situación ha vuelto a cambiar. Ha terminado la época en la que se podían dedicar 20.000 palabras al ciclo vital del trigo. Tampoco creo que el futuro nos ofrecerá otro artículo sobre la vida cotidiana de una dominatrix de lujo o una estrella del cine porno. Los autores de cuentos que la revista publica son más internacionales -pueden servir como ejemplo Haruki Murakami,
Zadie Smith, y José Saramago-. Desde el 11 de septiembre de 2001, la revista, como todo el país –o por lo menos eso espero— se ha vuelto más sensible a los temas y acontecimientos internacionales.

Mirando en los archivos, encontré solamente tres o cuatro artículos sobre España antes de los atentados de Madrid en 2004. Un artículo sobre la carestía de los comestibles después de la segunda guerra, dos sobre procesiones religiosas y la cocina española, y un artículo de Jon Lee Anderson, a quien todos aquí conocemos bien, donde realiza un retrato del Rey Juan Carlos. Desde 2003 he corregido dos artículos sobre España, uno de Jon Lee, sobre el movimiento vasco, y otro de Larry Wright sobre las investigaciones realizadas después del 11 de marzo. Me fijé en los archivos – de una manera poco sistemática, debo admitir— para recordar los artículos que he corregido desde el 11 de septiembre, y encontré por lo menos ocho rtículos largos sobre Afganistán, diez más o menos sobre Irak e Irán, y demasiados
artículos para contar sobre las mentiras y las excusas del Gobierno para racionalizar sus guerras y las torturas en Abu Ghraib y Guantánamo.

Ahora quiero empezar a explicar los procedimientos de fact checking o verificación de datos en The New Yorker. La revista toma muy en serio este proceso, más en serio que otras revistas. Es un proceso que prácticamente no se realiza en los periódicos o en las editoriales literarias. En realidad es un lujo que se ofrece a nuestros autores, pero, a fin de cuentas, sirve para proteger a la revista de litigios por difamación y de la publicación de errores vergonzosos, como por ejemplo un artículo en el cual se decía que Jackson Pollock había asistido a una cena en 1970, catorce años después de su muerte. Este es un ejemplo real de un artículo que yo revisé. La verificación de datos ayuda a cruzar la línea, a veces poco clara, entre la realidad y la ficción. Los escándalos recientes de Jayson Blair y Judith Miller en el New York Times, y de James Frey, el autor de las memorias A Million Little Pieces (traducido en España como En mil pedazos), que —ahora que sabemos que contenían una porción alta de invención— han demostrado la utilidad de la verificación. En New Yorker hay 16 fact checkers – un número inferior al de correctores de manuscrito o copy editors, pero superior al número de verificadores de otras revistas.

Algunos de mis colegas son jóvenes, recién licenciados; otros realizan este trabajo desde antes de que yo naciera. La sección tiene un director, que antes fue verificador, que también escribe artículos para otras publicaciones. Él resuelve los problemas complicados que surgen y se ocupa de entrevistar y contratar a nuevos empleados. Tiene dos delegados que se encargan del flujo de artículos y de otros asuntos de organización. Todo lo que se publica en la revista es verificado, incluso las historietas gráficas, las portadas, los poemas, los cuentos, las reseñas de arte y, por supuesto, los artículos periodísticos.

Una vez, verifiqué un poema que describía una laguna en Puerto Rico que estaba iluminada por la luz de ciertos animales fosforescentes. No me acuerdo cómo se llamaban, pero descubrí en mis investigaciones que el poeta no sabía nada de estos animales ni tampoco de cómo producían su fosforescencia. Había inventado términos científicos para describir lo que él había visto, detalles que hubieran parecido ridículos a cualquier lector con un conocimiento básico de biología. Tuve que explicar todo esto al editor. Desgraciadamente eliminaron el poema. El poema era bueno, pero la falta de un sentido básico de la ciencia lo sacó de la revista. Nunca más he querido verificar poemas por el terror de torturar a los pobres poetas.

Al poco tiempo de mi llegada a la revista, verifiqué un artículo escrito por el novelista Jeffrey Eugenides sobre un antropólogo, un sexólogo que estudiaba a los hermafroditas en la selva de Papúa Nueva Guinea. Eugenides decía que los pájaros y los monos de la selva no habían dejado dormir al sexólogo. Yo pensé: “¡Claro! Eso me parece muy lógico”. Unas semanas después me llegó una carta de un primatólogo jubilado. Los especialistas en temas raros, especialmente los especialistas jubilados, son los enemigos de los fact checkers. El primatólogo insistía que teníamos que publicar una corrección porque resulta que no hay monos en la selva de Papúa Nueva Guinea. Pensé: “¿qué importa?”. Se lo dije al director de la sección, pero él me explicó muy seriamente que sí era importante y que yo tenía que haber averiguado si había monos en Nueva Guinea. Si no los había, debería haber ofrecido al autor la opción de reemplazar los monos por otro animal indígena. ¿A lo mejor lo que arruinaba el sueño del sexólogo era el ruido de pájaros e insectos? Dos semanas más tarde llegó otra carta del primatólogo, donde mostraba un estado de pánico. Resulta que había investigado el tema, y que, a causa de la despoblación forestal y el desplazamiento de las poblaciones de monos, ahora sí había monos en la selva de Papúa Nueva Guinea. Por primera y última vez, celebré la destrucción de las selvas prístinas y empecé a tener dudas sobre la carrera que había elegido.

Estos son ejemplos triviales de lo que hacemos, pero indican el nivel de precisión y de detalle que se espera de los fact checkers. No importa si el artículo es sobre un episodio de la vida de la esposa del Marqués de Sade (en ese caso, por lo menos no hay peligro de litigio), o si es un artículo que podría afectar la política del Gobierno, como la serie que publicamos sobre los abusos en Abu Ghraib. Un aspecto del trabajo que todos apreciamos es que cada semana acaba siendo como un curso intensivo sobre cosas como la historia de los Marsh Arabs (árabes del pantano) en el sur de Irak o sobre la vida política de Hugo Chávez, Augusto Pinochet o sobre la lengua indígena Eyak, un idioma casi olvidado que sólo habla una señora anciana en Alaska.

Cuando un artículo es aceptado por los editores, lo mandan al director de los fact checkers que nos lo pasa. Muchas veces, la selección de verificador depende de los intereses o de la preparación o especialización de cada uno. Por ejemplo, a mí casi nunca me escogen para corregir artículos sobre economía, sobre deportes o artículos que requieren un conocimiento del alemán o el francés. Muchas veces me escogen para corregir artículos sobre artistas o cualquiera que requiera pelear con la gente de la Casa Blanca. Cuando me mandan un artículo, lo leo rápido la primera vez. Una de las ventajas de tener muchos empleados es que si un artículo realmente no me interesa, puedo decírselo al director y pasárselo a otra persona. Después de leerlo, generalmente llamo al autor y al editor para preguntarles si piensan que el artículo está listo y terminado o si creen que todavía pasará por muchos cambios o si el periodista todavía está entrevistando sus fuentes. Lo más importante es hablar con el autor del artículo sobre sus fuentes. Si el artículo es sobre una nueva biografía de García Lorca, las fuentes son bastante obvias: otras biografías, las obras de García

Lorca, su correspondencia, etcétera. En ese caso, es posible que no tenga que hacer ninguna llamada. Si el artículo habla de cómo el Ministerio de Defensa falsificó la información sobre las supuestas armas de destrucción masiva y engañó a las Naciones Unidas y al mundo entero para justificar una guerra contra Irak (éste fue el tema de un artículo de Seymour Hersh que yo verifiqué) el proceso es mucho más complicado. Hay que llamar a agentes de la CIA, a los representantes del ministerio, a funcionarios importantes en la Casa Blanca, etcétera. En este caso, tuve que crear listas muy largas de preguntas basadas en la información que se revelaba en el artículo y las mandé a todas esas personas. Se trata de preguntas muy específicas que deben parecer cómicas a las personas que las reciben; en realidad, creo que más bien las encuentran irritantes, porque son personas muy ocupadas que no tienen ganas de perder el tiempo contestando mis listas de preguntas. En el caso del artículo de Seymour Hersh, las preguntas iban desde qué despacho es el que está al lado del de una persona o si otra persona estudió con un determinado profesor en los años sesenta en la Universidad de Chicago. También hay preguntas más complicadas como, por ejemplo, ¿es verdad que los pocos empleados top secret de la Oficina de Planes Especiales en el Ministerio de Defensa se autodenominan “la cábala”? En algunas ocasiones es necesario verificar conversaciones que han sido relatadas por terceras personas que no intervinieron directamente. Por ejemplo, un senador explicó a un periodista lo que el Presidente le contó sobre un asunto. Entonces, acudimos a la oficina del Presidente para preguntarle si recordaba la conversación como la había contado el senador. Muchas veces, las versiones no coinciden y hay que modificar el texto para que aparezca la conversación en el artículo.

Una parte importante del proceso de verificación de un artículo de este tipo es poder valorar si se puede confiar en las fuentes del periodista. Para hacerlo, debemos preguntarnos: ¿Quién es esta persona? ¿Tiene acceso a esa información? ¿Cuáles son sus motivos para hablar de estos temas con un periodista? Yo siempre sé la identidad de las fuentes secretas del periodista, aunque no se publiquen sus nombres y aparezcan como “un ex oficial de la CIA” o “una fuente de la Casa Blanca”. A veces, cuando hablo con una fuente, me doy cuenta de que esa persona no es completamente fiable. En algunos casos, sus motivos y prejuicios resultan demasiado evidentes, su versión de los hechos es demasiado vaga, parece que está mintiendo o la historia que me cuenta no está de acuerdo con lo que dicen otras fuentes.

Esto es lo que pasó en los meses antes de la Guerra de Irak con los artículos de Judith Miller para el New York Times. Judith Miller tenía acceso a personas con información sobre las armas de destrucción masiva, personas que formaban parte o tenían vínculos muy estrechos con los niveles más altos del Gobierno. Sus artículos comenzaron a generar temor en el público porque decían que Irak estaba preparando la construcción de armas nucleares. Colin Powell hizo referencias a la información de los artículos de Miller en su declaración ante el Consejo de Seguridad de la ONU antes del inicio de la guerra. No puedo decir con seguridad que esos artículos no habrían sido publicados en The New Yorker. Muy posiblemente habrían sido publi-
cados, pero solamente después de haber sido verificado por alguien como yo. Para hacerlo, habríamos hablado con sus fuentes y hecho todo lo posible para saber los nombres de todas las personas con quien ella había hablado y si era verdad que tenían acceso a la información que decían tener. En el mejor de los casos, habríamos hablado con sus fuentes después de haber leído las notas de sus entrevistas. Aunque no siempre es posible conseguir estas notas, nuestros periodistas saben que es una parte importante del proceso. No es algo que pasemos sin mucha discusión previa. También saben que tenemos la política de llamar a todas las fuentes. A veces, las fuentes se resisten a dedicar tiempo para hablar por teléfono conmigo. Les digo que si Hugo Chávez estuvo dispuesto a dedicarme media hora, ellos –directores de museos, funcionarios menores, etcétera– también lo pueden hacer.

Cuando nos mandan un artículo que parece dudoso – y a veces pasa—, por lo general no se publica en seguida. Se dedican varias semanas y se pide que el autor que realice más investigaciones en las que nosotros le ayudamos. En el caso de las fotos de las torturas y humillaciones en Abu Ghraib, Seymour Hersh –el periodista que reveló la noticia— tenía un CD con reproducciones de las fotos. En ese caso, nos pareció que las fotos bastaban para publicar un artículo sobre los abusos donde aparecieron varias imágenes. No puedo decir cómo el señor Hersh obtuvo esas fotos, pero sí puedo decir que lo primero que hicimos fue determinar si eran auténticas.

Más tarde aparecieron fotos falsas en Inglaterra, por ejemplo. Nosotros pudimos determinar que eran auténticas, que fueron tomadas en Abu Ghraib y, hasta cierto punto, confirmamos la identidad de las personas que aparecían en las fotos. La revista esperó una semana para publicar el artículo y así nuestros abogados tuvieron tiempo para revisarlo y nosotros para asegurarnos de que lo que decíamos era correcto.

Hace unos años, trabajé con Jon Lee Anderson en un artículo sobre Augusto Pinochet. Jon Lee había hablado con un miembro de la familia de Pinochet que le dijo que el general estaba en Inglaterra recuperándose de una operación. No hablé con Pinochet, pero lo hice con otros miembros de su familia y de su entorno y pude determinar que Pinochet todavía estaría en Inglaterra cuando el artículo apareciera publicado. En el texto se hablaba de la investigación del juez Baltasar Garzón y de su orden de arresto por violaciones de los derechos humanos. Pocos días después de su publicación, Garzón logró que arrestaran a Pinochet. Estoy seguro de que el familiar que nos habló no estaba nada contento con el resultado de su indiscreción, pero ¿cómo podía ser tan estúpido para pensar que Jon Lee, el autor de una biografía de Che Guevara, podía escribir un artículo positivo sobre Pinochet?

Otro artículo de Jon Lee, que corregí hace unos años, era sobre el período que vino después de la guerra civil en Liberia, un país fundado por ex esclavos americanos. El presidente de Liberia, Charles Taylor, que ahora está exiliado pero sigue teniendo mucha influencia en el país, aceptó hablar conmigo por teléfono. Me dijo que sí que era verdad que él mismo había matado a varias personas, pero que había sido durante una guerra civil. También me aseguró que le había pegado un tiro en la rodilla a su rival y lo había quemado vivo, una escena que fue transmitida por la televisión en directo. Me explicó que lo había hecho solamente para mandar un mensaje a sus opositores. Me sorprendió cuando me dijo: “Andy, me parece muy ofensivo el uso de la palabra “warlord” (comandante en jefe militar) porque tiene connotaciones negativas”.

Lo más vergonzoso que me ha pasado desde que trabajo en la revista fue corrigiendo un artículo de Jon Lee sobre Gabriel García Márquez. Ahora sé que a Gabo no le gustó el artículo porque hablaba de todas sus casas y de su vida de jet-set. Pero la persona a quien debo pedir disculpas no es él sino a su mujer. Gabo había estado enfermo y pasó un tiempo en el hospital. En Internet empezó a circular el rumor de que había muerto. El redactor jefe de la revista, David Remnick, conoció el rumor y me preguntó si era verdad. Yo no tenía ni idea. Me pidió que llamara a la mujer de Gabo, que estaba en Colombia (él estaba en México), para preguntarle si era cierto. Con pocas ganas, la llamé. Se puso frenética porque tampoco sabía si el rumor era correcto. Por suerte, Gabo estaba vivo, pero nos costó mucho que sus familiares volvieran a hablarnos después de esa metedura de pata.

Hablaré un poco del uso del Internet en mi trabajo. Por supuesto una persona puede mentir o repetir un rumor a uno de nuestros periodistas, pero esas mentiras y esos rumores son inmortales en Internet. Los archivos electrónicos de artículos son sumamente útiles y es esencial poder encontrar ensayos y discusiones de cualquier tema, desde el Kick boxing Thai hasta la literatura medieval española. Antes de Internet, no sé cómo la gente que hacía este trabajo podía encontrar rápidamente la información que necesitaba; pero, en el fondo, es lo que hace que mi trabajo sea interesante, y muchas veces lo es, aunque no siempre. Les puedo asegurar que verificar la ortografía de los nombres no es lo más divertido del mundo. Es más interesante la posibilidad de comunicar con la gente de una forma civilizada. Eso hace que este trabajo sea una parte importante del periodismo mismo.

Fuente: http://fogonazos.blogspot.com/2003/10/el-proceso-de-verificacin-en-new.html

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